viernes, 29 de noviembre de 2013

I ENCUENTRO DE HISTORIA INMEDIATA


Publicación de la acción artístico-cultural permanente RESQUICIOS
del municipio de Cochabamba (ver publicación oficial en la red en PDF)
#15
Memoria
distribución gratuita
Año 2 - Enero de 2013
Licencia de derechos patrimoniales de autor liberada. Queda permitida
la reproducción total o parcial de la presente edición, siempre y cuando
sean respetadas las fuentes y los derechos morales de los autores.
RESQUICIOS
Alcalde Municipal de Cochabamba
Edwin Castellanos Mendoza
Oficial Superior de Cultura
Uvaldo Romero Mamani
Consejo Editorial
Uvaldo Romero Mamani
Luz María Ordóñez Villagómez
Marco Antonio Marín García
Nayra Reque Baldivieso
Diseño y diagramación
Osvaldo Figueroa Torrez
Edición
Nayra Reque Baldivieso
Colaboradores
Juan Guillermo Estay Sepúlveda
Matthew Rothwell
Ramiro Fernández Quisbert
Luis A. Vera Delgadillo
Patricia Montaño Durán
Jua H. Jauregui
Ivan R. Laura Apaza
Isis Miranda Machaca
Diógenes J.Molina Castro
Matthew Rothwell
Luis Oporto Ordóñez
Portada
Imágen del Congreso de Historia Inmediata
Publicación, Enero de 2013
>> Contenido
Qué es la Historia Inmediata
Metodología para el análisis de la Historia Inmediata
Desafíos de la enseñanza
La Historia Inmediata como uno de los nuevos
paradigmas para escribir Historia
La Historia Inmediata,
una nueva mirada metodológica
Historia Inmediata y el trabajo científico tradicional
Congreso internacional de Historia Inmediata:
algunas impresiones respecto al Primer Congreso
(Cochabamba, Bolivia)
Cuestiones de la Historia Inmediata, debates
del presente
Historia, iconografìa y desarrollo humano:
“la roca abuela”, balance de diez años de un secuestro
La Revolución China y Latinoamérica: el impacto de redes comunistas globales en
movimientos sociales y grupos guerrilleros latinoamericanos
Declaración de Cochabamba sobre Historia Inmediata


DESAFÍOS DE LA ENSEÑANZA  DE LA HISTORIA INMEDIATA
Ramiro Fernández Quisbert 
                                                                                             HistoriadorUniversidad Mayor de San Andrés
                                                                                             Investigador adjunto del (CEPAAA)

En Bolivia, y quizá en toda Latinoamérica, la presencia de la visión occidental de la historia, ha calado
profundo, tanto que parece haberse naturalizado. Tal es así, que no pasa de moda ni su forma narrativa de la historia, ni la metodología historiográfica; en el caso de la historia latinoamericana decimonónica, la
historia heroica y fundadora ha quedado impregnada en la piel.
Los historiadores han cambiado de traje teórico, se visten hoy inclusive con atuendos posmodernistas y, sin embargo, para el ciudadano de a pie y con más fuerza para los docentes de nivel primario y secundario, la
historia, esencialmente decimonónica, cronologista, presidencialista, memorista, es sublime; es el sumun de la enseñanza de la historia hablar de los grandes hechos y de los grandes hombres –héroes carlylianos– y los
hechos trascendentales, encarnados en los titanes de la independencia y su magnánima acción para la construcción de la nación, de la república.
Con menos fuerza se puede observar la historia colonial, los sectores indígenas la recuerdan para llorar el oprobio, los blancos y mestizos, para solazarse hablando del abolengo, y la madre patria, esta historia de
salón con función culturalista con aromas de museo, aún tiene a sus cultores más conspicuos en las academias de Historia que soportan algunos gobiernos, como el nuestro, como reliquias del pasado junto a sus grandes sabios, que con sus largas barbas o pulcras levitas pasean por el pasado como verdaderas autoridades en el conocimiento del tiempo y del espacio. Esa erudición a prueba de fuego, que sólo se ve en acción en tertulias y eventos culturales cerrados en pequeñas cofradías de auto-convencimiento, bajo discursos de predestinación y sabiduría.
Estos son los términos en los que se expresa la historia en las aulas, en la misma cátedra universitaria que se precia de captar los últimos adelantos de la ciencia; pero, como se observa, se halla en una crisis de identidad enconchada en sí misma, sin darse la oportunidad de vivir momentos más propicios.¿Cuál
es el cuello de botella de la enseñanza de la historia y de la Historia misma como ciencia?
Este es un gran problema, un primer aspecto es que la historia oficial se ha naturalizado; para ella es normal que la historia como conocimiento no cumpla ninguna función social, que sólo sirva para acompañar las nostalgias del pasado, que los historiadores hayan llegado a la madurez con mucho que narrar y erudición a toda prueba para dar grandes lecciones del pasado a las generaciones venideras. Este es el rasgo perverso
que tiene nuestra historia oficial, naturalizada por la educación y las subsecuentes reformas educativas. Pese a los cambios que se presentan en la política boliviana, de hecho lo que más tarda en cambiar son los procesos mentales; por ello, hoy la historia decimonónica goza de buena salud y es alimentada por
nuevas generaciones de historiadores formados en esa vieja escuela, aunque obviamente algunos cambios generaron los cófrades de la historia en el país, en los círculos que se defienden ante la necesidad de las nuevas generaciones de avanzar en la construcción de nuevas visiones de la historia de la sociedad
boliviana y, por qué no, latinoamericana.Frente a tal panorama sombrío, hace algún
tiempo en los corrillos universitarios, en las páginas web y hoy, en las redes sociales, se comenzó a hablar de algunas posibles soluciones y acciones para abordar los problemas de la producción historiográfica en el presente.
Así, del debate constante se viene construyendo el nuevo paradigma de Historia Inmediata, de historia del presente, que exige la participación del historiador en las acciones, a través de su presencia viva, implicándole problemas existenciales por no hallarse aún preparado teórica y metodológicamente
para enfrentar sus desafíos, para enfrentar viejos problemas como la objetividad y la subjetividad de sus visiones, el uso de fuentes y métodos desarrollados incluso desde Heródoto hasta Fontana, Arostegui y
Carlos Barros, que han ido dando distinta tónica al debate de esta Historia Inmediata,
que implica realizar investigación histórica en el presente.
Desafío uno:
El shock del futuro “toofleriano” es hoy el pleno presente frente al cual debemos generar una gran apertura mental al debate teórico y cuestionar todo lo hecho hasta ahora con respecto a las fuentes históricas,
los métodos de investigación, el análisis de los resultados y el tratamiento especializado de la interpretación histórica. Nos acercamos a esa visión de interdisciplinariedad cada vez más próxima. En otros términos, debemos darles amplia posibilidad a la Teoría de la Historia, las Ciencias Sociales y las mil y un maneras de abordar la investigación histórica de manera transversal, asumiendo que el ser humano es un investigador nato, que desata procesos a través de su curiosidad y su capacidad de sistematizar los resultados,
potencializado hoy por el desarrollo de la tecnología. Aquí comienza otro desafío educativo.
Desafío dos:
No se equivocó de camino McLuhan, la aldea global a través de las multimedios es hoy una realidad. El docente de tiza y regla aleccionadora ha sido devorado por el tiempo y la tecnología.
Los historiadores debemos comprender que el pasado, el presente y el futuro han acortado sus dimensiones, sus límites son casi imperceptibles; la dialéctica de lo diacrónico y lo sincrónico es muy dinámica, así como hoy la Física Cuántica lucha por comprender la esencia de los cambios cualitativos y cuantitativos de la materia.
Los historiadores debemos, a través de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TICs), acercarnos a la dialéctica de los procesos sociales, dinamizar la comprensión de los tiempos cortos, medios y largos, “braudelianos”, para hilar fino en el análisis de las dinámicas sociales en el tiempo y el espacio.
Los niños y jóvenes de este tiempo miran la vida de otra manera: símbolo e imagen, están almacenados en su chip cerebral simultáneamente.
Para no quedarnos paralizados viendo correr la historia desde los balcones académicos, debemos abrazarnos al paradigma de nuestro tiempo, la Historia Inmediata, construida desde los multimedios, con el debido equilibrio con las fuentes y maneras tradicionales de hacer historia.
Desafío tres:
Frente a este nuevo reto educativo debemos asumir que se tiene que innovar la enseñanza de la Historia, darle mayor importancia a la investigación social, a la producción de material didáctico, para que el recrear de la historia sea útil para la vida del presente, como diría Prats, no con fines patrióticos o de conmemoración a los caídos, sino como una práctica crítica de analizar los procesos sociales, que nos permita seguir adelante construyendo con más certezas que incertidumbres.
Así la historia se constituiría en una herramienta vital para la construcción de un proyecto social aquí, en Bolivia, en Latinoamérica y en el mundo.























LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA

  Retorno Nº 16 Revista de Historia y Ciencias Sociales La Paz, Diciembre de 2016       LA ENSEÑANZA DE LA HISTORIA Y LOS MEDI...